La ofrenda más grande dedicada a la “Muerte Chiquita” te espera….

Desde hace 16 años que la familia Carcaño Sandoval abre las puertas de su casa para exponer la ofrenda dedicada a la “Muerte Chiquita”, la cual estará toda una semana para que el público en general y el turismo la visite.

José Alberto Zea Domínguez.

Tlalmanalco, Edo. Méx.- 3 de Noviembre 2014- Desde hace 16 años que la familia Carcaño Sandoval abre las puertas de su casa para exponer la ofrenda más grande dedicada a la “Muerte Chiquita”, la cual estará toda una semana para que el público en general y el turismo la visite, ya que tiene elementos tradicionales desde los tiempos prehispánicos y contemporáneos.

Rubén Carcaño Sandoval, artista plástico de la zona oriente de la entidad mexiquense, manifestó que, desde hace 16 años sus abuelos ponían la ofrenda para los muertos, sin embargo, cada año fue creciendo hasta llegar a la ofrenda que se le dedica a la “Muerte Chiquita”.

“La Muerte Chiquita, es una ofrenda familiar, y fue que sus abuelos siempre en estos días nos espantaban diciendo, pórtate bien, ya que te puede agarrar la muerte chiquita, por lo que nos portábamos adecuadamente, es por eso que en memoria de nuestras antepasados cada año le realizamos esta ofrenda que está en exposición para el público y turistas en general”, dijo.

Señaló que esta ofrenda llamada “muerte chiquita”, tiene todos los elementos como, comida, pulque, chacualole, (Dulce de Calabaza), dulce de tejocote, distintas frutas, cigarros y tequila, lo que acostumbraban en vida los muertos, así como piezas prehispánicas, y las flores de Zempaxochitl, (Y no se escribe Cempaxúchitl), mencionó.

Destacó que cuando se retira la ofrenda en una semana, se reparte todo lo que contiene, ya que así es la tradición en las familias, además que a los miembros grandes de casa, se les invita el pulque y el tequila, así como comida que no se llevaron los difuntos, de manera metafórica.

Puntualizó diciendo que, “no es que se haya perdido la tradición de las ofrendas de muertos, sino que, las casas ya son pequeñas y a veces el dinero no alcanza, por lo que se minimiza el festejo de Día de Muertos, sin embargo es una tradición muy arraigada entre los mexicanos”, indicó.