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La simulación de una elección a modo

- por Linx Gaytán -

Pocas veces en la historia se conocen de primera mano eventos tan peculiares como el que sucedió hace unos días en el estado de México, más concretamente, en Valle de Chalco Solidaridad, un municipio al Oriente de la entidad y que colinda con la recién renombrada CDMX.



Y es que mientras está en puerta la elección para gobernador del estado de México, los diversos partidos ya han definido su candidato a competir por tan preciado lugar, exceptuando al PRD quienes acordaron en un principio que el método de elección sería el voto directo y secreto, pero no solamente de su militancia, si no que abrían el proceso a todo el público mexiquense.

Sin embargo debido a la falta de logística para poder cubrir todo el estado de México y que por lo consiguiente no se aseguraría una elección "justa y fiable", se tomó la determinación de elegir abanderado por medio de encuestas de posicionamiento, una forma más enfocada a la percepción que tienen los ciudadanos de los diversos aspirantes.

A pesar de que la encuesta puede ser un método fiable en la gran mayoría de los escenarios, es obvio que los menos favorecidos serían quienes hubieran tenido una paupérrima campaña de posicionamiento de imagen, es aquí donde está el origen de la disidencia de algunas corrientes perredistas y es que para ser sinceros, sus esfuerzos por posicionar a sus respectivos candidatos fueron en la mayoría de los casos muy infructuosos, sumado a su baja presencia como grupo en la entidad. Derivado de lo que ellos llaman imposición debido a que el candidato mejor posicionado es Juan Zepeda ex alcalde de Nezahualcóyotl y que pertenece a la corriente ADN (Alternativa Democrática Nacional), es que las otras corrientes participantes entre ellas la más destacada por sus constantes señalamientos, Nueva Izquierda, han dejado en claro que si los resultados no les benefician, terminarán por apoyar a otras fuerzas externas al sol azteca.

Por esta dinámica y sabiendo que no tenía la más mínima oportunidad de figurar, el aspirante de NI Javier Salinas Narvaez, decidió hacer lo que cualquiera que sabe que no ganará haría, decidió iniciar una serie de pasos para comenzar a desacreditar al mejor posicionado, y esto pasó desde Twits' amagando con apoyar a otro candidato si es que él no ganaba, así como, frases referentes a una supuesta imposición que estaría haciendo el CEN del PRD a pesar de ser la misma Nueva Izquierda quienes tienen más representación, algunos de esos twits simplemente fueron borrados justificando que le habían hackeado su cuenta.

A la par de todo eso, decidió hacer una denuncia ante un tribunal externo al partido, para señalar que la elección interna fue suspendida, por lo que se violó su derecho a ser votado (algo raro ya que es diputado local plurinominal con licencia), pero también promovió una elección interna en el único municipio que es referente de nueva izquierda en todo el estado de México, Valle de Chalco. El fin de esta auto elección era la de demostrar que el tenía amplias preferencias en votación directa, solo que olvidó un detalle, uno pequeño, pequeñísimo, la elección estaría controlada en su totalidad por sus afines, funcionarios del gobierno municipal encabezados por su compañero de corriente Ramón Montalvo.

No solo se encargarían de imprimir las boletas, distribuirlas, contarlas, si no también de elegir las casillas y lo más obvio, de poner a los votantes y es que utilizaron a sus comités de base para legitimar su simulacro de elección. Los resultados fueron claros, Salinas Narváez fue el favorito en la boletas y no es que fueran muchas por casilla, de hecho solo 750 sufragios por cada una de ellas, algunas aglutinaban desde 3 secciones electorales lo que representa tan solo un 8% del padrón vigente aproximádamente. Pero aún con todo el aparato gubernamental operando para ellos y con la cercanía con sus votantes que les dio tiempo para informarles por quien votar, su candidato solo alcanzó el 85% de simpatías, por lo que no fueron perfectas sus tácticas de control. En redes se hizo mención que el mecanismo de votación fue impulsado por un apoyo alimentario posterior al sufragio, algo ya común con ese tipo de grupos, por lo que más que una sorpresa, es su carta de presentación. Seguramente ocuparán estos resultados para intentar hacer creer que así hubiera sido la elección en todo el estado de México, pero vamos, ¿A quién pretenden engañar?

Pero a grandes rasgos, el simulacro de elección que realizó Salinas Narváez en Valle de Chalco, les permitió conocer como se comportan sus comités y operadores políticos, detectar fallos en la convocatoria que serían subsanados a la hora de cerrar sus casillas, pero solo eso, pues al ser un ejercicio autónomo, sin la participación de otras corrientes, con un número de boletas dramáticamente reducido a menos del 8% del padrón electoral vigente, solo mostró que era inviable realizar una elección oficial del PRD estatal con la debida solidez que se necesita, pues esta sería abierta a todos los ciudadanos, sin embargo ni el 25% del electorado se tomó en cuenta, lo que sería aprovechado por quienes saben ocupar los cuellos de botella electorales. Pero al menos casi replican los resultados que obtuvieron en la última elección constitucional, la cual no quedó muy limpia que digamos. 

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