- Era uno de los pocos glaciares permanentes en México, tuvo un decrecimiento acelerado en los últimos años debido
al fenómeno de calentamiento global. Cuando un glaciar muere la cadena que
sostiene la vida humana se debilita de manera irremediable, advierten científicos
de la UNAM.
Reporte Escarlata
Zona Oriente.- Edoméx.- 26 de abril del 2021- El Ayoloco era uno de los pocos glaciares permanentes en México, que junto con los que habían en el volcán Popocatépetl y el Pico de Orizaba, tuvo un decrecimiento acelerado en los últimos años debido a la elevación en la temperatura del planeta, explicó Hugo Delgado, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
En
el lugar antes citado, la directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la
Coordinación de Difusión Cultural, Anel Pérez, quien también forma parte del
equipo de montañismo universitario, recito poemas en torno al calentamiento
global.
Hacer
este ritual por la muerte del Ayoloco es una invitación para informar,
sensibilizar y concientizar sobre la importancia de estas maravillosas masas de
hielo y nieve que dan vida a los
pueblos de la región, por el escurrimiento del agua que captan sus mantos acuíferos,
por lo que cuando uno
desaparece, la cadena se debilita de manera irremediable.
"Esta
situación es irreversible y afecta de manera directa a los humanos, porque
puede hacer que las condiciones sean inhabitables para nosotros, lo que podría
llevar a la extinción de la especie: El mundo seguirá existiendo, pero nosotros
ya no tendremos condiciones para habitarlo", alertó el científico.
Cabe
resaltar que en 2001, Hugo Delgado dio la noticia de la extinción del glaciar
del volcán Popocatépetl, tras un sistémico proceso de vigilancia y evaluación
sobre los glaciares mexicanos. El origen de tan singular suceso se debió a los
efectos que tuvo la erupción del volcán sobre los hielos, dijo.
“Desde
que en 1994 inició la erupción, los materiales calientes, conocidos como
proyectiles balísticos, más las cenizas, han caído sobre la superficie de nieve
y el hielo glaciar, causando el deshielo”, precisó.
“Los
beneficios que aportan estas masas de hielo son tan evidentes que a veces pasan
inadvertidas; son cuerpos de agua en forma sólida, pero en época de secas se
funden por efecto del clima y aportan agua a las escorrentías sobre cuencas que
irrigan. De manera que, si desaparecen los glaciares, simple y sencillamente
disminuyen los flujos, no hay agua”, alertó.
Explicó
que el volcán Iztaccíhuatl, que se ubica a 5 mil 240 metros de altura, contaba
con cinco zonas glaciares (una en el pecho, otra en la panza, y tres en el suroriente),
comparadas con los 11 que llegó a tener hace tiempo. “Prácticamente ha
desaparecido gran parte de la cantidad de hielo que produce, y está en una
situación vulnerable. Está cerca del límite”, concluyó diciendo.
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