- La Marquesa edificio emblemático, Don Bartolo y la Zacatecana envueltas en leyendas.
Turismo, México, DF.- 12 de Marzo del
2015- La
Secretaría de Turismo del Estado de Querétaro invita a conocer sus mansiones
muestra del buen gusto y la riqueza de numerosas familias del virreinato.
Varios de estos inmuebles llegaron a hospedar a personajes de la talla del
emperador Maximiliano o Porfirio Díaz.
Para
no faltar a esta tradición, algunos han sido convertidos en exclusivos hoteles
boutique con habitaciones decoradas de forma particular, como la Casa de la
Marquesa, un edificio emblemático de la ciudad de Querétaro con gran tradición
y cultura, donde el tiempo se detiene para llevarnos a un viaje retrospectivo
en el tiempo y la historia. Esta obra arquitectónica susurra un pasado escrito
con sabores barrocos y, a la vez, acentos moriscos que engalanan la vasta
cultura mexicana.
Es
un hotel excepcional, la gente que la visita busca salir de la rutina, busca
llegar a un lugar donde el reconocimiento y el servicio personalizado sean los
ingredientes principales de una experiencia inolvidable. La elegancia y el buen
gusto de la casona atraen a personas no solamente de nuestro país sino de todo
el mundo.
Desde
hace 17 años La Casa de la Marquesa recibe a todo aquél que desea remontarse a
un pasado latente en cada paso que se da dentro de ella. Este emblemático hotel
ha albergado a grandes personalidades de la política, el espectáculo y de la
historia.
Otras
casas en cambio, llevan encima el sello de una leyenda, como la Casa de don
Bartolo o la de la Zacatecana. La Casa de Don Bartolo, es una excelente
construcción del siglo XVII, y se dice que él pactó con el diablo y dio origen
a una conocida leyenda queretana.
Para
los que gustan de historias de terror este lugar es conocido como Casa de
Espantos, donde la tradición oral ha narrado un hecho escalofriante entre don
Bartolo y su hermana. Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XVII, don
Bartolo un hombre adinerado y cristiano que vivía con su hermana, a quien tenía
como ama de llaves, pero con la que se dice sostenía relaciones incestuosas.
Cada
año con motivo de su cumpleaños, celebraba el brindis con esta frase:
"Brindo por la señora, mi hermana, por mi ánima y por el 20 de mayo de
1701".
Así
paso el tiempo hasta llegar la sombría noche del día ya mencionado, cuando al
sonar las doce de la noche se escuchó una fuerte detonación seguida de un
extraño silencio que asustó a todos los vecinos.
Al
día siguiente, estos notaron con extrañeza que nadie salía de la casa del
segoviano, por lo que llamaron al alcalde para que la abriera, descubriendo
horrorizados el cadáver de la hermana de don Bartolo, que al parecer fue
asesinada por él. Éste estaba pegado al techo y totalmente carbonizado, su
rostro reflejaba un gesto de horror. Se llamó entonces a un sacerdote para que
lo exorcizara, logrando que el demonio soltara el cuerpo yacente.
En
el guardarropa de Don Bartolo se encontró un contrato de pacto con el diablo
que a cambio de gloria, riquezas y honores en este mundo a costa de rapiña y
negocios sucios, acumularía gran fortuna; pero a un plazo convenido que era
medio siglo, le entregaría su alma; y este plazo se cumplió en la ya tantas
veces citada por él, mayo 20 de 1701.
La
Casa de Don Bartolo se encuentra sobre la calle de Pasteur, muy cerca de Plaza
de Armas y actualmente es utilizada por una dependencia oficial.
La
Zacatecana conocida adquiere este nombre debido a la leyenda misteriosa, basada
en un hecho que tuvo lugar en 1859, en el que se dice que la dueña de esta casa
del siglo XVII, mandó matar a su marido y después mató al ejecutor del
asesinato y ambos quedaron enterrados sigilosamente en las caballerizas de la
casa, quedando estos crímenes ocultos.
La
Zacatecana tuvo al fin el pago merecido a sus crímenes, pues poco tiempo
después amaneció asesinada; más nadie supo quién fuera autor de esa venganza,
quedando este desenlace en el misterio. Muerta la Zacatecana, y debido a la
leyenda macabra, los inquilinos permanecían poco tiempo en la casona porque
según la tradición popular, habían muchos espantos.
Actualmente
funge como museo y resguarda obras de arte decorativas, así como escultura y
pintura de México, Europa y Oriente de los siglos XVII al XX.
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