El otro electorado, ese que no es tomado en cuenta a menos que sea crucial ganar su atención para sumar simpatías, diciéndole irresponsable por no tomar participación en el juego democrático partidista, que sólo es un número en la estadística gubernamental y que solo interesa al presupuesto que se eroga a los partidos políticos. Ese otro electorado que no está conforme con las ofertas políticas de los partidos e inclusive de los candidatos ciudadanos, ellos quienes deciden no participar en lo que consideran innecesario, pues han tenido la basta experiencia de promesas incumplidas y engaños, ellos quienes son ciudadanos a quienes se les tacha de inmorales por no decidirse por algún candidato, por si solos, forman una fuerza electoral mayoritaria, sin embargo debido a que no son tomados en cuenta legalmente en una elección, son considerados nulos dentro de la democracia mexicana.
Sin embargo para los presupuestos que se gastan en materia electoral, el hecho de que la mayoría de la población no participe, no significa que estos se ajusten a la medida de la participación, todo lo contrario pues como cada año crece el padrón electoral, se destina mas dinero para realizar comicios e inclusive más para los partidos políticos vigentes, quienes reciben un presupuesto basado en el porcentaje de participación parcial, esto es, únicamente se toma en cuenta la cantidad de votos emitidos, por lo que si en una elección participaron solo el 50% de la población, es sobre ese 50% que se calcula un total nacional, el cual es repartido conforme a la participación de los partidos políticos.
En Valle de Chalco, la actual situación pone al probable ganador en una encrucijada de legitimidad social, pues en el caso de los 2 punteros quienes son el PRD y el PRI-PVEM-PANAL, comparten similar porcentaje de simpatías electorales el 11.5%, contra un 88.5% perteneciente a las demás fuerzas que incluye el 53.71% de ciudadanos que se abstuvieron de participar en el proceso electoral de junio de 2015. Por un lado tendrán que buscar legitimidad con las demás fuerzas políticas y además la titánica tarea ganarse la confianza de esos 133 mil 245 ciudadanos, que decidieron no participar por no sentirse incluidos en sus proyectos politicos.
Ese .03% de diferencia
Aunque no está todo dicho, lo cierto es que en números, la cantidad de votantes fue inferior, coincidiendo en parte con las características de una elección intermedia, sin embargo los 76 votos que separan al PRD del PRI, parecen salidos de una película, ese número representa el .06% de la votación recibida y tan sólo el. 03% del padrón electoral vigente en Valle de Chalco. Lo anterior supone un gran reto en materia electoral pues si bien es cierto que las reglas han sido adecuadas con el tiempo, ninguna de ellas a impulsado exitosamente mecanismos como la "segunda vuelta" el cual pudiera dirimir en una segunda oportunidad, las diferencias mínimas de votos entre contendientes, más sin embargo el sistema multipartidista actual, también fomentaría las alianzas estratégicas, en donde partidos con baja votación buscarían vender su fuerza electoral para apoyar a quien mejores prebendas ofrezca.
En cualquier caso, una segunda vuelta no sería lo suficientemente robusta, si esta, no contará con la participación de al menos 2 terceras partes del electorado y además si el resultado final terminará en el mismo encono que actualmente está, esto es, un similar porcentaje de diferencia. Pero la ley electoral no contempla segundas vueltas y quien tenga un voto de más es el ganador, a pesar de que el menos el 54% de votantes se abstuvo de emitir un sufragio.
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