- Disfruta la evidencia viva del destino cultural por excelencia.
Turismo, Ciudad
de México.- 27 de enero del 20147- Situadas
a medio desierto entre la sierra, junto a cañadas y lagunas, o en el
centro de un oasis, se mantienen orgullosas las primeras misiones de
la Antigua California. La Secretaría de Turismo de Baja California
Sur, invita a ser parte de la evidencia viva de la inquebrantable fe
de los primeros pobladores europeos. Recorriendo los lugares donde
los misioneros españoles, jesuitas, franciscanos y dominicos, se
establecieron para colonizar y evangelizar Baja California Sur.
A
grandes retos se enfrentaron estos, para colonizar y evangelizar a
los nativos –pericúes, guaycuras y cochimíes- grupos seminómadas
difíciles de congregar y reunir. En una tierra inhóspita pues no
había caminos, el agua era escasa sólo se podía llegar por barco.
Otros obstáculos a combatir fueron las inundaciones, las epidemias y
la resistencia de los indígenas a la aceptación de la vida en
congregaciones.
La
ruta inicia en San Ignacio hasta llegar al municipio de Los Cabos,
donde se encuentran aún misiones bien conservadas.
SAN
IGNACIO: La misión más cautivadora.
En
medio de un hermoso oasis, a un costado de la plaza principal del
pueblo, se presenta la misión, un edificio blanco adornado por
piedra cuidadosamente labrada. Fundada en 1728 por Juan Bautista
Luyando, se terminó de construir en 1786 por el dominico Juan
Crisóstomo Gómez. En su interior destaca el gran altar de madera
labrada y chapada en oro, siete óleos y una estatua de su patrono
San Ignacio de Loyola, joya del arte religioso del siglo XVIII. San
Ignacio conserva intacta su fachada original y rodeado por uno de los
escenarios más bellos de la Baja California Sur, hace de su visita
una experiencia inolvidable.
MISION
DE LORETO: La primera piedra misional.
Fundada
en 1697 por el padre jesuita José Maria de Salvatierra, Santa María
de Loreto, fue por más de un siglo la capital política, económica
y religiosa de las Californias. En 1793 la misión se componía por
una iglesia y un cuadrángulo de piedra. Sin embargo, en 1829 sufrió
graves daños a consecuencia de un huracán y medio siglo después
perdió su torre en un terremoto. Aun cuando las reconstrucciones
efectuadas a la misión han alterado la arquitectura original, los
cinco oleos del retablo, un crucifijo y otros seis oleos se conservan
intactos. Actualmente alberga el interesante Museo de las Misiones.
SAN
FRANCISCO JAVIER: La joya de las misiones de Baja California Sur.
Al
norte de Loreto, sobre la carretera peninsular, se localiza una
brecha de 32 km que conduce a la misión de San Javier. Fundada en
1699 por Fray Maria Píccolo, la cual, inicialmente constaba de una
humilde capilla de adobe y casa cural. El magnífico edificio que
conocemos hoy, fue levantado en 1774 por el padre Miguel Barco. En su
interior, se encuentra un impresionante retablo barroco de madera
tallada y chapada en oro, dedicado a su patrono San Francisco Javier.
Al descubrir la gran iglesia edificada en piedra, al final de un
pueblo desolado, se contempla una majestuosa catedral en medio de la
inhóspita Sierra de la Giganta.
Durante
más de siglo y medio, la tenacidad y temple de estos sacerdotes
católicos logro construir una veintena de misiones, de las que solo
quedan unas cuantas. Alrededor de las misiones, fueron crearon
poblados permanentes donde se cultivaron palmeras de dátiles, maíz,
trigo, caña, árboles frutales (como aguacate e higo) y rosales; de
igual forma, introdujeron ganado y obtuvieron la autorización de la
corona española para cultivar vid y olivo.
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