- Vuelve a ser valorada la esfera artesanal navideña, pese a los procesos automatizados de otros productores.
Reporte/Escarlata
El Oro, Edoméx.- 3 de diciembre del 2018- Con gran amor, dedicación y esmero, la señora Magdalena Alvarado
Mendoza, de este municipio, elabora desde hace 25 años, bellas esferas
navideñas de vidrio soplado, que son motivo de orgullo para los habitantes de
este Pueblo Mágico del norte del Estado de México.
A
diferencia de muchos artesanos, cuya tradición ha sido heredada por sus padres
y abuelos, Magdalena, sin mayor formación artesanal, decidió acercarse a Don
Francisco Mora, uno de los productores de esferas más reconocidos de
Tlalpujahua, Michoacán, municipio vecino de El Oro, con quien aprendió a
realizar las distintas formas, como las clásicas esferas redondas, chimborros,
gotas, ángeles, campanas, cisnes y bastones, entre otras.
Motivada
por una gran curiosidad y atraída por la belleza de estas piezas propias de la
tradición navideña, consiguió, en corto tiempo, aprender los secretos de una
actividad milenaria que en China se desarrolla desde hace más de 2 mil años y
que a México llegó en el siglo XVII, como parte de los festejos navideños
católicos y del proceso de adoctrinamiento religioso español.
Señala
que para ella es un gran orgullo preservar la tradición de la esfera navideña
artesanal de vidrio soplado, especialmente en un entorno en que cada vez es más
difícil competir con las industrias nacionales y extranjeras que emplean
procesos automatizados.
“Tener
que decorar, transformar, diseñar para mí es un orgullo poder elaborar la
esfera que va a llegar a todos los hogares, no nada más es aquí, no, darle
alegría a un hogar, a muchos hogares, aparte esta esfera está hecha con mucho
amor, los decorados, así se me repitan miles y miles de veces un sólo decorado
para mí es una gran satisfacción saber que toda esa esfera va a llegar a hacer
felices a la familia o a los niños”, comenta.
Magdalena
Alvarado ha conseguido, además, dar empleo a otras mujeres de El Oro, quienes
se han contagiado por el cariño hacia esta noble actividad y han adquirido los
conocimientos y habilidades para realizar sus propias creaciones, que las hacen
sentir muy orgullosas.
Explicó
que el soplado es el primer paso del proceso en el que se da la forma a la
esfera con sopletes, gas y aire; posteriormente se realiza el plateado, que
consiste en bañar el interior de las piezas con nitrato de plata y un reactivo
a base de azúcar y agua caliente.
Finalmente,
pasan al proceso pintado y decorado, mismo que se realiza “pieza por pieza”,
para lo cual sus creadoras ocupan lacas brillantes y mates en tonos pastel y
también colores intensos, thiner, pegamentos, anilinas y diamantinas.
Apoyada
por su entusiasta equipo de trabajo, Magdalena produce entre 80 y cien mil
esferas al año, producción que inicia con el soplado durante los meses de
marzo, abril y mayo.
La mitad
las comercializa a través de diferentes clientes mayoristas y, el 50 por ciento
restante, las desplaza por venta directa al menudeo a los miles de visitantes
que cada año acuden a este Pueblo Mágico en busca de piezas únicas elaboradas
artesanalmente.
“Yo los
invito a que hagan conciencia, y que sepan que tiene mucho valor esto y más que
nada se llevan un amor aquí impregnado, una energía a su hogar, una energía
positiva”.
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