- Con este decreto se crearía formalmente la “Comisión en Búsqueda de la Verdad”.
Reporte/Escarlata
Ciudad
de México.- 3 de diciembre del 2018- Durante
la mañana de hoy se realizó el acto protocolario para la firma del decreto
presidencial para la verdad en el caso Ayotzinapa, este fue el primer documento
viste tipo en lo que va de la actual administración encabezada por Andrés
Manuel López Obrador.
Con
la intervención de la de la secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero y de
Alejandro Encinas, quién se desempeña como subsecretario de Derechos Humanos
Migración y Población, escrito a dicha Secretaría, se dio una breve descripción
sobre las implicaciones qué el caso sin resolver de los estudiantes de
Ayotzinapa desaparecidos, ha tenido en toda la nación, por lo que con esta
acción, la cual fue una promesa de campaña del actual presidente de la
república, se busca aclarar de una vez por todas qué fue lo que realmente
sucedió.
Alejandro
Encinas señaló que se van a explorar de nueva cuenta todas las líneas de
investigación que en su tiempo fueron desechadas.
Una
de las madres de las víctimas habló a nombre de la comunidad y pidió al
presidente que se pueda llegar a conocer la verdad, solicitó encarecidamente
pueda resolver el caso para que las familias puedan tener un descanso, aunque
también, señaló que esperaban ver los de vuelta sanos y salvos.
En
el uso de la palabra, Andrés Manuel López Obrador aseguró, que aunque este
decreto significa que se va a turnar a diferentes áreas y dependencias para que
trabajen de manera coordinada y autónoma, pero sobre todo sin ninguna reserva
de información, la cual esté estrictamente vinculada con violaciones a los
derechos humanos, esto no significa que la presidencia a su cargo, lo vaya a
dejar de lado, sino que estará muy al pendiente del avance de dichas
investigaciones, pues la meta primordial es darle certeza a todos los
familiares de las víctimas.
El
caso Ayotzinapa ha causado una gran conmoción en la sociedad mexicana y es que
tras la desaparición de los 43 estudiantes, de los cuales hasta el día de hoy
no se sabe con certeza cuál fue su destino, es uno de los capítulos más
terribles de la historia moderna de la República Mexicana.
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