- Cada grupo parlamentario expuso su posicionamiento a 50 años de la matanza de Tlatelolco donde miles de héroes anónimos perdieron la vida el 2 de octubre.
Reporte/Escarlata
Toluca, Edoméx.- 3 de octubre del 2018- En el 50 aniversario
de los sucesos de Tlatelolco, el Pleno acordó que cada grupo parlamentario
expusiera un posicionamiento, y a propuesta del diputado José Alberto
Couttolenc Buentello, coordinador del PVEM, se guardó un minuto de silencio en
honor y recuerdo de las víctimas.
Para
MORENA, por quien tomó la palabra el diputado Tanech Sánchez, la matanza de Tlatelolco
significó una crisis en las instituciones del Estado, particularmente aquellas
que pretendían hacer ver a México hacia afuera como una nación moderna,
vanguardista y democrática. “Lo que logró fue hacer ver su cara más
totalitaria”, acotó.
Señaló
que por años prevaleció la versión oficial que culpaba a los estudiantes de una
conjura comunista para hacerse del poder, un acto injusto e impune que ha
permitido, a contracorriente, mantener en la memoria colectiva una identidad
que ha dotado a muchas generaciones de una fuerza que ha conseguido que emerja
una sociedad que exige sus derechos.
Juan
Maccise Naime, del PRI, dijo que el movimiento fue una fuerte llamada de
atención y una de las primeras sacudidas al régimen. Al participar en esta
conmemoración, apuntó, participamos en un hecho que “da forma y concierto a
esta Soberanía, y aún desde la diversidad de nuestras posturas, estamos seguros
de que como testigos y actores de este tiempo, reconocemos en el 68 el fundamento
que hoy permite una nueva realidad política que nos demanda y compromete a
todos por igual”.
Al
afirmar que ese compromiso debe hacerse patente en el trabajo legislativo,
ofreció trabajar por generar canales de comunicación para detonar el diálogo
con la juventud e impulsar políticas que promuevan su desarrollo y acrecienten
las oportunidades para las nuevas generaciones.
Por
el PT, el legislador Francisco Rodolfo Solorza Luna, quien sumó a su grupo
parlamentario a la iniciativa del diputado Tanech Sánchez, aseguró que el
movimiento permitió visualizar un nuevo proyecto político social que,
integrados en la unidad nacional y la solidaridad social, fueron génesis de los
más importantes movimientos sociales de finales del siglo pasado.
Al
expresar un reconocimiento especial a los héroes anónimos que perdieron la vida
el 2 de octubre “en aras de transformar y conquistar espacios libres para el
desarrollo de la vida político social”, se pronunció porque la utilización de
la fuerza policiaca y militar como medio de disuasión social no vuelva a
considerarse ni siquiera como referente.
Para
el PAN, en voz del legislador José Antonio García García, en aquel otoño de
1968 la Cámara de Diputados federal mantuvo una actitud incorrecta, sometida
incondicionalmente al autoritarismo presidencial, pero recordó que fue un
diputado del PAN, además mexiquense, Gerardo Medina Valdés, quien expuso en
tribuna el rechazo de este partido a respaldar al presidente Gustavo Díaz Ordaz
por estos hechos. “No hay diálogo porque las balas nunca han sido instrumento
de diálogo”, dijo en esa ocasión.
Agregó
que desde entonces las voces de “nuestros compañeros panistas sonaron fuerte en
defensa de la UNAM y el IPN, de la democracia, los estudiantes y sus familias,
y así lo seguiremos haciendo”.
En
nombre de Encuentro Social, la legisladora Rosa María Pineda Campos acusó que a
cinco décadas del movimiento, los gobiernos en turno apostaron al olvido y al
silencio, pero la represión provocó el efecto contrario, porque despertó un
sentimiento de conciencia en muchos grupos sociales marginados y excluidos.
Ese
episodio, afirmó, cimentó la necesidad de reconocer que la libertad de
expresión es necesaria y que el sistema jurídico debe prohibir cualquier
intento de limitar el ejercicio de los derechos políticos y las garantías
individuales.
Para
Omar Ortega Álvarez, coordinador del PRD, el 68 marcó un parteaguas en la
historia del país, pero de todas las protestas de esa época en el mundo, “la de
México fue la única que dio lugar a un crimen de Estado. A partir de entonces,
se alimentó la lucha por un cambio de régimen para dar voz a las minorías y
para hacer de un Estado autoritario un Estado democrático”.
Sostuvo
que la deuda con ese movimiento es grande, porque alimentó el movimiento cívico
en la nación. Sentenció que “somos los hijos y nietos del 68. No podemos
permitirnos olvidar esa enseñanza, nunca más se tendrá que repetir, nunca más
habrá de temer a la fuerza de la transformación y cambio que subyace en la
juventud”.
José
Alberto Couttolenc Buentello, coordinador del Verde Ecologista, estimó
necesario mantener en la memoria la matanza del 2 de octubre, pues se trata de
una historia de abuso de poder y de intolerancia, “algo que en el verde no
vamos a permitir”.
Subrayó
que esta Legislatura tiene el respaldo ciudadano más importante en muchos años,
por lo que su compromiso debe ser mayor.
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