- El Centro Regional de Cultura de Temascalcingo los invita a vivir esta tradición el próximo 31 de mayo, donde se invoca a la lluvia, la fertilidad de la tierra y las buenas cosechas con danzas. Este es el único lugar en el país donde se lleva a cabo la unión de las etnias mazahua y la otomí.
Reporte/Escarlata
Temascalcingo, Edoméx.- 25 de mayo del
2018- Como parte de la riqueza
cultural con la que cuenta el Estado de México, las etnias indígenas otomí y
mazahua que radican en este municipio se vinculan para celebrar de manera única
la Festividad de los Viejos de Corpus.
En ésta, a través de
una ceremonia se invoca a la lluvia, la fertilidad de la tierra y las buenas
cosechas, lo que forma parte de ciclo agrícola.
Esta fiesta se celebra
en el marco de la celebración de “Jueves de Corpus”, programada para el 31 de
mayo 2018, en el Centro Regional de Cultura de Temascalcingo, que desde hace 24
años mantiene viva esta tradición única en México.
Previo a esta fecha, la
institución convoca a los pobladores a un certamen en el que participa la
comunidad para rescatar una ceremonia con raíces centenarias
En procesión, los
viejos y las viejas van danzando presumiendo un atuendo muy particular
elaborado con “ixtle”, hasta la Parroquia de “San Miguel Temascalcingo”.
Ataviados con máscaras
talladas de madera o del tronco del maguey, cargando huacales con diferentes
objetos naturales y espirituales como pirul, animales disecados, plantas de
maíz, ropa vieja, muñecos viejos, cazuelas y botes, entre otros, y un sombrero
de grandes dimensiones, elaborado con cartón, es como comienza la fiesta.
Las viejas y los viejos
representan la sabiduría, por ello, son los encargados de liderar al grupo que
hasta atrás porta un “torito”, que representa el mal y está hecho de madera,
cubierto con piel de res; todos van bailando al son de la música en vivo,
recorren las calles pidiendo “ayuda” y la gente con evidente ánimo les regala
dinero, dulces y frutas.
La música de tambora,
violín y flauta los acompaña para enfrentar al torito para que se vaya y no se
coma el maíz o acabe con la cosecha; después interpretan otros sones de
despedida y vuelven a la Parroquia donde celebran el acto religioso y regresan
a su comunidad.
Julio Garduño
Cervantes, fallecido hace 10 años, fue el cronista de este municipio y
expresaba que “dentro de las ceremonias más antiguas está la de la fertilidad,
ceremonia de la invocación de la lluvia; ahora es tiempo de llamar a las nubes,
de encender el fuego, de mover las manos y los pies en mágicos movimientos, de
mirar con los ojos del alma, de comunicarnos desde este rincón del universo con
las fuerzas del más allá. Lo seguimos haciendo como lo hicieron nuestros
antepasados, los que ya se fueron, pero que ahora están aquí”.
Es así como el folclor
y la magia se juntan para sorprender al público que afirma que al terminar
dicho evento, en Temascalcingo llueve. Quizá es casualidad, pero para las
viejas y viejos de corpus es su ceremonia la que ha hecho que se cumpla el
cometido y su danza surgió efecto.
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